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jueves, 26 de abril de 2012

AMAYA ARZUAGA ONLINE

HE sabido por la televisión que Amaya Arzuaga acaba de poner en marcha su tienda online de ropa y de vino. (Una subvención como aquélla da para mucho). Y, claro, la curiosidad ha hecho el resto: he encendido el ordenador y he consultado en Internet. Y ahí está, con su vestidos de…, sus zapatos con… y  su vino. Bueno, no quiere decir que ella diseñe también el vino, ella lo que hace solamente es poner su nombre. Igual que otros personajes de la moda venden otros productos, con exquisita imagen, calidad muy discutible, pero ¡con unos precios! Qué precios los de AA, ni anticrisis ni nada, y eso que se supone que comprando online sale más económico.

Y mirando y leyendo, he llegado a la página donde presenta su vino. Y ahí dice cosas tan trasnochadas, tan retóricas, tan vacías que pienso que quizá no me va sentar nada bien si lo tomo. Lean: La segunda colección del vino de Amaya Arzuaga es el resultado de la evolución sensitiva iniciada en la añada de 2006, interpretando su definición inicial como un precepto con capacidad de articular todo un espectro emotivo que se decanta en esta cosecha hacia una percepción más dinámica, incluso trepidante. Y también expresiones como ésta: altos parámetros de autoexigencia…un proceso basado en armonizar opuestos…  ¿Seguro que hablamos de vino?... No lo sé.

Lo que sí sé es que la noticia, si quieren que sea sincero, no me ha gustado. Porque mientras que sus despedidos (espero que no tengan pendiente ninguna nómina, indemnización, prejubilación como ocurre en alguna otra empresa de Lerma) continúan buscando trabajo, ella sigue con las mismas o más oportunidades que después de anunciar en noviembre su ruina empresarial. 

¿Dónde fabrica las prendas si no dispone de empleados suficientes? ¿En París?...


miércoles, 25 de abril de 2012

COMENTARIOS A TRES TEMAS

ESTOS días hemos podido leer en la prensa escrita tres temas relacionados con nuestra Villa. Uno por ser punto del día en un pleno del Ayuntamiento lermeño, otro por vernos incluidos en la reestructuración del mapa judicial de la provincia y un tercero ¿por necesidad de la SEPES de dar buena imagen o por empeño meritorio del Sr. Barrasa? Veamos.

Primer tema.

Con los seis votos del PP y sin los del PCAL y del PSOE, Lerma rescinde, en uno de sus plenos, el convenio que mantenía, desde el 2005, con las pedanías. Concretamente un acuerdo de impuestos en el que el Ayuntamiento se comprometía a pagar el 50% de lo recaudado por construcción de obra nueva.

Sin duda, la forma de llevarlo a cabo no ha sido la correcta, y menos en una Democracia, pero con más comunicación entre los implicados y más presencia, el resultado hubiera tenido el mismo color.

Para la oposición y las pedanías ha sido un golpe fuerte encima de la mesa, pues no se siguió el protocolo correspondiente. Y además sin motivo convincente, aunque los señores Barrasa y Serrano, alcalde y teniente alcalde, lo han justificado diciendo que son ya muchos años con el mismo convenio.

Y antes de 2005, me pregunto yo, ¿había otro convenio? Si hubo, ¿quién decidió rescindirlo y por qué? ¿Nadie entonces puso morro por tal decisión o es que acaso el nuevo acuerdo favorecía a las pedanías?

Lo que está claro es que había lagunas en dicho convenio, según han manifestado, y que la crisis ha sacado a flote. Es el caso del litigio entre Lerma y Santillán del Agua por culpa de los 170 chalés famosos, que están más muertos que vivos. Y que son mucho dinero para tiempo de crisis. Pienso que estos convenios deberían nacer con la proclamación del nuevo alcalde después unas elecciones municipales y morir con las siguientes.


Segundo tema.

Desde la dirección del Consejo General del Poder Judicial se propone reducir los siete partidos judiciales de la provincia en tres: Burgos, Aranda y Miranda.

Aranda se quedaría igual, Briviesca y Villarcayo serían absorbidos por Miranda y los juzgados de Salas y de Lerma se integrarían en Burgos. Y así, según cuentan, el ciudadano estaría mejor atendido. ¡El ciudadano! Ese eslogan que los partidos solo lucen en tiempo de campaña electoral.

Aquí, como en todo, el ciudadano es el que paga los platos rotos, pues en estos desplazamientos necesitaríamos de más tiempo y más dinero. Si una de la causas es porque los jueces de los partidos judiciales pequeños ponen “muy pocas sentencias en comparación de los titulares  de juzgados con mucho más trabajo”, pues que cobren los primeros menos, en relación al número de habitantes que atiendan. Piénsenlo. Que ya está bien de que los de las zonas rurales seamos los más perjudicados: en Sanidad, en Educación, en Justicia…

Y ya que últimamente intentamos reducir, cómo sea, en todo. ¿Por qué no proponemos unirse al Ayuntamiento de Lerma, por ejemplo, el de Villalmanzo y el de Santa Inés. El nuevo nombre, Lerma de Villalinés. Pensémoslo. Saldríamos ganando.


Tercer tema  

Es ya sabido que un ayuntamiento con ideología distinta a la de la Junta o la del Gobierno está condenado, su legislatura será un valle de despropósitos. No lo digo yo, lo dicen las muchas legislaturas que llevamos. Que prime más la sonrisa política que la mano necesitada, es triste.

Es denunciable que las soluciones a los problemas de una zona dependan del color político que vista el Gobierno central y hayan tenido que pasar ocho largos años para mantener una conversación. Pero, por fin, el Ayuntamiento de Lerma y Sepes estudian ampliar el polígono industrial Vega de Santa Cecilia, en 254.000 metros cuadrados. Buenísima noticia.

En esta nueva fase del polígono se aplicarían descuentos a las empresas que deseen instalarse, en función del número de empleos que ofrezcan a la Villa. Pero ¿es conveniente varias empresas de pocos empleados, o sólo una y muy importante? Nuestro Ayuntamiento debe saber venderse y también negociar. Pues una cosa está clara: las futuras parcelas sólo y exclusivamente han de construirse con la idea de ofrecer trabajo a toda la zona del Arlanza. Lo demás, sobra.


jueves, 12 de abril de 2012

TIENEN MUCHO QUE DECIR

A finales del pasado mes de marzo terminó el segundo trimestre para los alumnos del instituto Valle del Arlanza. Y con ello la entrega de notas. Acto siempre lleno de gran responsabilidad por parte de los profesores (o así debiera ser) y de incertidumbre para los alumnos, aunque, a veces, también de preocupación para ambas partes.

Son momentos de luces y de sombras, de alegría (por el trabajo bien hecho) y de tristeza (por los malos resultados) para los alumnos, sobre todo, pero también para los padres, la mayoría de los padres, aunque algunos olvidan su importancia, pasan del tema como si no fuera con ellos.

Al recibo de unas notas buenas, los correspondientes padres se sienten satisfechos y dan por excelente la forma de educar a sus hijos (aunque son cosas distintas). En cambio, los padres de alumnos con algunas asignaturas suspendidas se preguntan, una y otra vez, por qué. ¿Es culpa de ellos?, ¿de sus hijos?, ¿de los profesores, incluso? ¿Dónde radica el problema, y dónde la solución?

Sin duda, las tres partes son responsables, pero una en mayor medida que otra. No es lo mismo un alumno de 2º de la Eso, por ejemplo, que uno de Bachillerato. Pues éste, como dicen los profesores, tiene ya edad para conocer su compromiso con la elección que hizo, libremente, al terminar la Educación Secundaria. Y a nadie se le obliga a seguir estudiando.

A estas edades, como es el Bachillerato, poco pueden hacer los padres: hablar, largamente, con sus hijos sobre lo difícil que está la vida y lo importante que es tener conocimientos. Y los hijos: escuchar y expresar sus inquietudes y comprender que el esfuerzo al final siempre tiene recompensa. ¿Y los profesores? 

La Logse, el sistema educativo que tenemos en estos momentos, no sólo es un proyecto del Partido Socialista, sino también ¿un no-tocar-nada-y-seguir-igual por parte del Partido Popular? Según los entendidos, los socialistas se cargaron en 1982 un sistema educativo de lo mejor que había en Europa… ¿Y dónde estaban los profesores? ¿Dónde están ahora? ¿O por qué la Educación tiene que depender de la bandera política que ondeemos cada cuatro años?

Los profesores tienen mucho que decir. ¿Pero les interesa, están a la altura? Para ser buen profesor hay que amar esta profesión, impartir la asignatura pensando en el conocimiento medio de la clase (y no sólo para los alumnos más aventajados) y poseer una (si son dos, mejor) pizca de sicología que le haga sentirse cercano al alumno. Pues, díganme, ustedes, ¿de quién es la culpa cuando en una asignatura de dos, tres, cuatro o cinco alumnos no adquieren todos los conocimientos suficientes como para aprobar?

Se puede decir más alto, pero no más claro: En Bachillerato no hay alumno malo…