El 9N es la fecha para proclamar el inicio del
independentismo catalán, pues según ellos es la única forma que tienen para
defender su futuro. Mientras, el
Gobierno de España hace lo que tiene que hacer: utilizar la Constitución para
impedir dicha separación. Pues una cosa es consultar para conocer la opinión de
unos determinados ciudadanos, sin más, sin ninguna repercusión, y otra muy
distinta celebrar un referéndum con la idea segura de que va a ganar el SÍ del
separatismo y que habrá que materializar como sea.
En esto la oposición y los demás partidos tienen mucho que ofrecer.
Uno de los responsables de que las llamas del fuego independentista sean tan
altas es, aparte del ERC, el Partido
Socialista de Cataluña, pues no supo en su momento, por miedo a perder votos, qué
defender.
Su incondicionalidad a la unión de España es fundamental,
pero ¿por qué no lo dicen con la misma contundencia que ellos, los catalanes,
enarbolan su nueva bandera? Una bandera, por cierto, poco original y sí quizá
algo bananera con esa estrella que luce.
Nos preocupa esta situación. ¿Y al joven partido PODEMOS?
Sabemos que apoyan cualquier decisión democrática, pero deben
mojarse más, muchísimo más, decir si quieren una España cada vez más reducida o
todo lo contrario.
En este conflicto, por otra parte, tienen mucho peso los
empresarios. Si ellos quisieran, si amenazaran con sacar de Cataluña sus
empresas, estos sueños de grandeza que tienen algunos políticos, como Arturo
Mas, serían simplemente pesadillas borradas por el sol de la mañana. Algunas de
esas empresas son el cava y otros productos, pero también cajas y bancos.
¿Y qué podemos hacer, desde Lerma, quienes deseamos que
Cataluña siga siendo España? Si mantienen su anti-españolismo, su ruptura, sólo
una cosa: no consumir catalanismo, no celebrar estas próximas navidades con su
cava ni guardar nuestros dineros en
Caixabank.