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lunes, 17 de diciembre de 2012

UN AÑO DESPUÉS

EN este mes se cumple un año de los 39 despidos de la empresa Elipse. Una firma textil con más de medio siglo de historia en la Villa Ducal, pero que no sirvió para nada. Una firma que llegó a presumir de lermeña, pero que terminó, debido a su comportamiento con los empleados, como si no hubiera tenido nada con estas gentes.      

En este mes vuelven los despedidos a recordar aquella dolorosa situación. Pues aquel despido masivo fue un duro golpe para su situación económica, pero también para la comarca del Arlanza.

Un acuerdo forzoso entre empresa y trabajadores del que todavía hoy _según los afectados_ queda pendiente la aplicación del convenio regulador con la Seguridad Social para los siete despedidos mayores de 55 años con una revalorización anual del IPC.  

La empresa se está riendo de estos trabajadores. ¿Y de la Seguridad Social? A menudo escuchamos en programas de la televisión que la Seguridad Social pierde afiliados. Entonces, ¿por qué no obligan a este tipo de empresas a cumplir lo acordado entre las dos partes y que está recogido por Ley?

A lo largo de este año han aparecido en la prensa escrita numerosos artículos en relación con el futuro de las firmas Elipse y Amaya Arzuaga, pero también en relación con sus propiedades. Queda claro que en su día el textil fue la gallina de los huevos de oro para estos empresarios, pues invirtieron en playa y en vino. Y ahí están los resultados…

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¿Tanto significa económicamente la aplicación de dicho convenio para que la empresa o sus antiguos administradores se nieguen a cumplirlo?


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