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jueves, 12 de abril de 2012

TIENEN MUCHO QUE DECIR

A finales del pasado mes de marzo terminó el segundo trimestre para los alumnos del instituto Valle del Arlanza. Y con ello la entrega de notas. Acto siempre lleno de gran responsabilidad por parte de los profesores (o así debiera ser) y de incertidumbre para los alumnos, aunque, a veces, también de preocupación para ambas partes.

Son momentos de luces y de sombras, de alegría (por el trabajo bien hecho) y de tristeza (por los malos resultados) para los alumnos, sobre todo, pero también para los padres, la mayoría de los padres, aunque algunos olvidan su importancia, pasan del tema como si no fuera con ellos.

Al recibo de unas notas buenas, los correspondientes padres se sienten satisfechos y dan por excelente la forma de educar a sus hijos (aunque son cosas distintas). En cambio, los padres de alumnos con algunas asignaturas suspendidas se preguntan, una y otra vez, por qué. ¿Es culpa de ellos?, ¿de sus hijos?, ¿de los profesores, incluso? ¿Dónde radica el problema, y dónde la solución?

Sin duda, las tres partes son responsables, pero una en mayor medida que otra. No es lo mismo un alumno de 2º de la Eso, por ejemplo, que uno de Bachillerato. Pues éste, como dicen los profesores, tiene ya edad para conocer su compromiso con la elección que hizo, libremente, al terminar la Educación Secundaria. Y a nadie se le obliga a seguir estudiando.

A estas edades, como es el Bachillerato, poco pueden hacer los padres: hablar, largamente, con sus hijos sobre lo difícil que está la vida y lo importante que es tener conocimientos. Y los hijos: escuchar y expresar sus inquietudes y comprender que el esfuerzo al final siempre tiene recompensa. ¿Y los profesores? 

La Logse, el sistema educativo que tenemos en estos momentos, no sólo es un proyecto del Partido Socialista, sino también ¿un no-tocar-nada-y-seguir-igual por parte del Partido Popular? Según los entendidos, los socialistas se cargaron en 1982 un sistema educativo de lo mejor que había en Europa… ¿Y dónde estaban los profesores? ¿Dónde están ahora? ¿O por qué la Educación tiene que depender de la bandera política que ondeemos cada cuatro años?

Los profesores tienen mucho que decir. ¿Pero les interesa, están a la altura? Para ser buen profesor hay que amar esta profesión, impartir la asignatura pensando en el conocimiento medio de la clase (y no sólo para los alumnos más aventajados) y poseer una (si son dos, mejor) pizca de sicología que le haga sentirse cercano al alumno. Pues, díganme, ustedes, ¿de quién es la culpa cuando en una asignatura de dos, tres, cuatro o cinco alumnos no adquieren todos los conocimientos suficientes como para aprobar?

Se puede decir más alto, pero no más claro: En Bachillerato no hay alumno malo…



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