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lunes, 8 de octubre de 2012

UN APUNTE SOBRE LA FIESTA DE LA VENDIMIA

ESTE pasado fin de semana, en Santa Cecilia, y con gran afluencia de público, hemos celebrado la XV edición de la Feria de la Vendimia del Arlanza. Y un año más, y en un acto más, he comprobado que solemos retroceder al pasado para celebrar el presente y a veces también el futuro. ¿No nos estaremos equivocando?

Los lugareños recibieron a los visitantes representando oficios y maneras de un tiempo ya muerto, de unos años tocados por la pobreza… Allí se recordó a los mozos rondando a las mozas, cuando éstas iban a la fuente a por agua; allí estaban las mujeres remendando calcetines o tendiendo la ropa al sol; allí una cocina muy antigua, una habitación fría y sola con su orinal…   ¿Es esto lo que buscamos, lo que deseamos que defiendan nuestros hijos? ¿No nos estaremos imponiendo nuestro propio estancamiento?

Además descubrimos placas con poca hondura, casi incrédulos, como para salir de paso o si nos faltara empeño. Y somos propensos a escribir textos que rozan la mediocridad, la ñoñería  e incluso la risa. Como el que se descubrió en dicha fiesta en homenaje a la mujer rural y que terminaba así: “ … y con gran cariño nuestra ropa lavó.

Está bien tener presente el pasado, lo que fuimos, pero solo para mejorar. Está bien, muy bien, mantener ciertas tradiciones, los trajes y los bailes, todo aquello que hable de nuestra tierra, de nuestra idiosincrasia, pero no de nuestros años más pobres y de la escasez del lugar.

Y lo malo de esto es que mañana hay otra fiesta en otro bello rincón nuestro y volvemos sobre lo mismo. Nos repetimos más que la canción del verano, pero sin éxito… 

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